Era una campaña electoral a las elecciones municipales, y muchas voces clamaban un cambio en el modelo político de España, enarbolando sus ideas como necesidad absoluta para poder progresar en conjunto, prometiendo como si no hubiera restricciones a la hora de cumplir y usando la situación para beneficiarse.
En ese tiempo oíamos la paralización absoluta de los deshaucios, la creación de bancos públicos en los ayuntamientos, la promesa de abrir los comedores escolares, la mejora de la situación de los ciudadanos (¿cómo?). Formaciones que surgían se erigían como única vía para solucionar los problemas de la gente, de una larga crisis que había formado ¿quién?, para ellos el Partido Popular.
Llegó la hora de votar, y, nuevamente la mayoría de los ciudadanos pidieron un gobierno popular que gestionase el dinero de sus impuestos, como habían confiado en el año 2011. Un modelo de control del gasto y reducción de las deudas, permitidas por el hasta ese año gobierno socialista. Lamentablemente, el juego de números entre las siglas de los partidos, decidieron que, la mayoría de los ciudadanos no podían tener razón y era necesario un pacto de 'izquierdas' para solucionar todo. Así, los ganadores electorales fueron relegados y marginados a la oposición, viendo cómo dos o más partidos investían alcalde a un candidato que no había ganado.
100 días después, podemos ver, en municipios como Barcelona o Madrid, que la situación no está igual, evidentemente. En Madrid, se ha mantenido el programa de reparto de comida que propuso Ana Botella con buenos resultados (y que tanto criticaban, exigiendo abrir los comedores escolares, que no abrieron), la gestión de las basuras (que tanto fue criticado a Ana Botella) está peor, viendo cómo los madrileños y sobretodo de ciertos barrios deben aguantar que su gobierno no cumpla sus promesas. Hemos oído ideas de madres limpiando colegios, universitarios limpiando calles, creación de impuestos para los cajeros, no pagar la deuda. En Barcelona, hemos visto cómo han querido echar abajo la hostelería, que tan importante es para el turismo y los comerciantes en el municipio sin tenerlos en consideración. Concluyendo, han pasado más de 100 días sin progreso ni puesta en marcha las medidas propuestas, esas que tanto erigían los partidos como suyas.
Por suerte, el partido relegado a la oposición en todos los ayuntamientos, el Partido Popular, está cumpliendo con sus funciones y están poniendo en marcha las medidas reales de su programa electoral para beneficio de los ciudadanos, como por ejemplo la bajada del IBI a todos los madrileños, dada por el Grupo Popular capitaneado por Esperanza Aguirre, presidenta-portavoz.
En ese tiempo oíamos la paralización absoluta de los deshaucios, la creación de bancos públicos en los ayuntamientos, la promesa de abrir los comedores escolares, la mejora de la situación de los ciudadanos (¿cómo?). Formaciones que surgían se erigían como única vía para solucionar los problemas de la gente, de una larga crisis que había formado ¿quién?, para ellos el Partido Popular.
Llegó la hora de votar, y, nuevamente la mayoría de los ciudadanos pidieron un gobierno popular que gestionase el dinero de sus impuestos, como habían confiado en el año 2011. Un modelo de control del gasto y reducción de las deudas, permitidas por el hasta ese año gobierno socialista. Lamentablemente, el juego de números entre las siglas de los partidos, decidieron que, la mayoría de los ciudadanos no podían tener razón y era necesario un pacto de 'izquierdas' para solucionar todo. Así, los ganadores electorales fueron relegados y marginados a la oposición, viendo cómo dos o más partidos investían alcalde a un candidato que no había ganado.
100 días después, podemos ver, en municipios como Barcelona o Madrid, que la situación no está igual, evidentemente. En Madrid, se ha mantenido el programa de reparto de comida que propuso Ana Botella con buenos resultados (y que tanto criticaban, exigiendo abrir los comedores escolares, que no abrieron), la gestión de las basuras (que tanto fue criticado a Ana Botella) está peor, viendo cómo los madrileños y sobretodo de ciertos barrios deben aguantar que su gobierno no cumpla sus promesas. Hemos oído ideas de madres limpiando colegios, universitarios limpiando calles, creación de impuestos para los cajeros, no pagar la deuda. En Barcelona, hemos visto cómo han querido echar abajo la hostelería, que tan importante es para el turismo y los comerciantes en el municipio sin tenerlos en consideración. Concluyendo, han pasado más de 100 días sin progreso ni puesta en marcha las medidas propuestas, esas que tanto erigían los partidos como suyas.
Por suerte, el partido relegado a la oposición en todos los ayuntamientos, el Partido Popular, está cumpliendo con sus funciones y están poniendo en marcha las medidas reales de su programa electoral para beneficio de los ciudadanos, como por ejemplo la bajada del IBI a todos los madrileños, dada por el Grupo Popular capitaneado por Esperanza Aguirre, presidenta-portavoz.
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